miércoles, 25 de mayo de 2011

Un artículo genial de la revista colombiana El Malpensante

Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)
Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.
Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.
                                                               www.elmalpensante.com

viernes, 20 de mayo de 2011

Clase N° 9

En esta clase tuvimos el parcial. Había estudiado pero no estaba completamente confiada porque tenía una mezcla de autores en mi cabeza y no tenía ni idea de como sería el examen.
Traté de relajarme ya que antes de presentar tuvimos la lectura de auditorio, para la cual llevé un fragmento del capítulo 21 de Rayuela, mi libro favorito de Julio Cortázar. Me tocó pasar de primera a leer, y a pesar de que el profe nos dio unos tips antes de comenzar, no apliqué ninguno. No porque no quisiera, sino que no me podía concentrar leyendo y mirando al público jaja.. Igual fue algo muy corto.
Luego llegó el momento. El profe nos sentó a cada uno mirando a la pared y nos entregó las hojas, parecía fácil el examen. Sin embargo, me trabé en las dos últimas preguntas. Lo sabía, me traicionaron los autores.
Pero bueno, son cosas que pasan. Ahora me enfocaré en terminar el cuento del Tp final.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Clase N° 8

Que rápido pasa el tiempo, ya casi terminamos el cuatrimestre y en esta clase el profe nos comentó sobre el TP final. Ya para esta fecha debemos tener el título del cuento y la idea sobre lo que va tratar.
A mi me encantan los cuentos de misterio/terror así que me animaré a escribir uno. Ya veremos pronto que sale de ahí jaja...
También en la clase vimos las diferentes funciones que predominan en un texto y el profe nos recordó; de hecho, nos recalcó que "el contexto" en el esquema de Jakobson, NO es el lugar, sino el tema del que habla el mensaje. Esto lo hizo para que lo tengamos presente a la hora de presentar el parcial, que es la próxima clase.
Aparte de todo esto del TPF y el parcial, tenemos otra presentación oral, que va consistir en una lectura de auditorio, para la cual tengo que llevar alguna noticia o poema que quiera compartir con la clase. Aún no se que llevaré ya que me he concentrado más en estudiar porque esta semana he tenido varios parciales y he tenido que coser un montón para la materia que más me absorbe que es diseño II. Sin embargo, hasta ahora, todo parece ir muy bien, así que me despido y luego les cuento como terminó la semana

viernes, 6 de mayo de 2011

Clase N° 7

Llegué para la segunda hora de la clase porque me quedé terminando el ejercicio de la guía de lectura. Sin embargo, no habían comenzado las presentaciones orales sobre el Tp2 y pude verlas todas.
Comenzó Dario hablando sobre Sophie Scholl, quien fue una dirigente y activista anti-nazi, muy interesante la historia. Luego pasó Natalia y su personaje fue Felicitas Guerrero, quien tuvo una historia trágica y fue considerada en su época como la mujer más bella de la República Argentina, no tenía ni idea de quien era. Después pasamos Marina y yo comentando sobre la vida de Joseph Merrick, el hombre elefante y expresando nuestros puntos de vistas referente al a historia real y la película. Seguidamente fue el turno de Lorena y Julieta que hablaron de Coco Chanel, ya conocía la historia ya que en mi carrera se la menciona en todo momento por haber sido la diseñadora más genial de todos los tiempos. Por último, pasó Adrián para comentarnos de su personaje Howard Hughes quien fue un ingeniero autodidacta de gran inteligencia, gran aviador, director de cine y magnate excéntrico. Fue interesante aprender algo sobre todos estos personajes que tuvieron vidas no tan felices pero a través de sus historias nos dejaron algún punto sobre el cual reflexionar.
Como no tuvimos recreo salimos un poco más temprano :)

Guía de lectura # 2.

1. Apreciaciones sobre la narración del psicólogo Jerome Bruner, el lingüista Vladimir Propp, el historiador Robert Darnton y el filósofo Walter Benjamin.

La narración consiste en contar hechos, ya sean reales o imaginarios. Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen; es decir, el argumento, los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos y desde qué punto de vista se cuentan.

Según el psicólogo Jerome Bruner, los pensamientos de los seres humanos están ordenados de manera narrativa; es decir, que cada persona interpreta las acciones o comportamientos que desempeña a lo largo de su vida como un relato que va cambiando constantemente. Este sentido común de cambio es lo que él llama “psicología intuitiva”. De la misma manera, Bruner piensa que las personas a raíz de las creencias inculcadas y el medio en el que se desenvuelven, siguen una serie de patrones de comportamiento que consideran correcto o coherente por referirlo de alguna manera, y al momento de encontrar cierta contradicción entre las creencias que se manejan y el medio, dicho comportamiento se interpreta de manera incoherente o peor aun, como locura, y vuelve entonces a organizar las ideas de manera narrativa para encontrar una razón para este nuevo comportamiento. Asimismo, dentro de la psicología intuitiva que acota Bruner, que las personas son guiadas a lo largo de sus vidas a vencer obstáculos que se les presentan en el medio para cumplir metas trazadas, definiéndose estas acciones dentro de una estructura narrativa.

Por otro lado, el lingüista Vladimir Propp luego de realizar una serie de estudios a los cuentos tradicionales rusos, llegó a la conclusión de que todos ellos están estructurados a partir de 39 funciones. En dichos cuentos, siempre se presentaba un individuo que partía de su hogar con un objetivo en mente, al cual se le presentan obstáculos en el camino los cuales vence con ayuda de algún instrumento, no obstante, tiene que enfrentar a algún oponente que persigue metas diferentes, lo vence dificultosamente para luego regresar a su hogar como un héroe y poder contraer matrimonio y vivir felizmente.

Esta estructura presente en todos los cuentos rusos se debe a creencias antiguas que se tenían cuando un joven iba pasar de la niñez a la adultez. Era un tipo de ritual que debían seguir para convertirse en hombres, pero no duró para siempre así que lo mantuvieron presente en la estructura de los cuentos tradicionales los cuales se trasmiten a través de generaciones.

Aunado a esto, el historiador Robert Darnton comparó los cuentos de hadas de los campesinos de los siglos XVII y XVIII con los cuentos infantiles presentes en la actualidad, haciendo referencia al grado de violencia, sexo y crueldad presente en los primeros mencionados. A partir de la comparación hizo referencia a la relación que existía con la realidad social vivida en la época, era obvio que la querían plasmar en los cuentos pero siempre con matices diferentes, relacionados a la idiosincrasia del pueblo de donde provenía la versión del cuento.

A partir de dicho estudio, Darnton notó que no todos los cuentos tenían moraleja; sin embargo, siempre reflejaban una advertencia, partiendo de la idea de que la narración se relaciona con el conocimiento que se transmite a partir de la experiencia.

Para el filósofo Walter Benjamin las narraciones siempre dejan una enseñanza, ya sea práctica o moral, por esta manera sobreviven al tiempo ya que el lector siempre extraerá de ella enseñanzas diferentes de acuerdo a la época que la lea. Asimismo, según Walter, existen dos tipos de narradores que serían: el campesino que conoce a profundidad las tradiciones de su tierra y el viajero que trae experiencias y conocimientos nuevos de otros lugares.


2. Concepto de “trama causal o narrativa”.

La trama narrativa es la organización de acontecimientos y acciones, es un  esquema general que un autor traza para obtener un efecto determinado. A diferencia del argumento, la trama busca establecer conexiones causales entre los distintos elementos de la narración más que la simple sucesión de una secuencia de acontecimientos.

Esta organización narrativa, causal, ayuda al lector a darse cuenta de sucesos imprevistos, cuando algo no concuerda con el esquema de comportamiento esperado, y de esta manera puede interpretar la realidad y las conductas humanas.


3. Diferencia de la figura del narrador con la del autor. Tipos de narrador.

El autor y el narrador de una historia son dos elementos distintos ya que el autor es la persona real que escribe la historia, mientras que el narrador es el ente que en primera o en tercera persona se encarga de contar la historia y puede ser el protagonista, un personaje secundario, un testigo u observador externo, entre otros.

Cabe destacar que anteriormente se utilizaba más el narrador en tercera persona, el cual no se involucra en los hechos que narra y sólo describe acontecimientos ajenos. Luego de la aparición de la novela, se integra el narrador en primera persona el cual participa dentro de la historia ya sea contando sus experiencias o interviniendo de otra manera.


4. Representación de la subjetividad en la narración antes y después del siglo XX.

En las narraciones más antiguas no se profundizaba en los personajes; es decir, no se interiorizaba sobre ellos, no había ningún tipo de descripción ni se detalla sobre su vida ya que sólo están allí para llevar a cabo acciones, es por ello q se le denomina a estos personajes: actantes. Sin embargo, cuando aparece la novela, los personajes adquieren vida por referirlo de alguna manera, ya que se planteaban conflictos internos entre el personaje y el medio donde se desenvolvían como fue el caso de Don Quijote.

En el siglo XX, la subjetividad fue representada mediante el “monólogo interior” que consistía en momentos de introspección de los personajes. Esto fue muy notorio con los narradores en primera persona, los cuales permitían accesar a su mundo interior logrando así una mayor comprensión del relato en general. Igualmente una historia puede estar narrada en tercera persona pero observada desde la perspectiva de un personaje lo cual permite al lector integrar a su interpretación los hechos.


5. Diferentes funciones que aparecen en la narración, según el semiólogo Roland Barthes. Doble función que se encuentra en la narración, según el escritor Ricardo Piglia.

Según Barthes, en la narración todo es funcional, menciona una función en específico que son las cardinales o núcleos, las cuales son la estructura básica en un relato y son causa o consecuencia de otras acciones por lo que no pueden ser eliminadas sin crear algún cambio en la historia; es por ello que permanecen siempre que se resume la historia.

Del mismo modo, las funciones catálisis crean suspenso demorando el relato. Otra función que menciona Barthes son los indicios los cuales caracterizan indirectamente a los personajes relacionándolos con la situación que se va presentar a continuación.

Cabe referir que un mismo elemento puede ser parte de un núcleo narrativo o de una catálisis y a su vez actuar como un indicio, esto quiere decir que puede tener dos funciones diferentes.

Según el escritor Ricardo Piglia, todo cuento tiene una doble función; es decir, que cuenta dos historias a su vez, una explícita, la de los acontecimientos y una que se infiere, una historia secreta más no oculta. En estas dos historias participan los mismos elementos los cuales son tomados de manera diferente para ser interpretados respondiendo a la lógica que rige cada relato. También acota Piglia que medida que pasa el tiempo el cuento ha ido variando sólo en la manera de contar la historia secreta del relato.


6. Tipo de pacto existente entre lector y autor. Aplicación del concepto de verosímil en la narración.

Siempre existe un pacto ficcional entre lector y autor. La escritura de ficción es una decisión absoluta de libertad, pero aun así, no puede moverse fuera de ciertos límites. Para que un relato de ficción tenga eficacia, debe ser creída y, por lo tanto, debe aludir a un mundo que otros comparten, en el que otros se reconocen o cuyas leyes pueden aceptar. Sin embargo, aunque se esté en un mundo de fantasía donde suceden cosas que no podrían ocurrir en el mundo real, se mantienen ciertos elementos de este mundo real para que se mantenga la comunicación.

En cuanto al concepto verosímil, se aplica tanto para narraciones argumentativas como para narraciones de ficción, ya que lo verosímil es lo que parece verdadero aunque no lo sea; es decir, se puede aplicar a una narración que se adapte a la opinión más generalizada, a lo que la mayoría cree que es la verdad.
Según Todorov, cada género de ficción elabora su propio criterio de verosimilitud para poder lograr esa conexión con el lector, el cual se sumerge en un mundo que no es real adaptándose a las leyes propias del relato, aun sabiendo que no es la realidad.


7. La descripción en el Romanticismo, en el Realismo y en la actualidad.

En el romanticismo, se repetía la misma estructura mediante la recursividad en los poemas; es decir, a  partir de la descripción de algo, por ejemplo un objeto que se descomponía en partes, por las cuales se partía hacia nuevas descripciones sobre estas partes las cuales de nuevo se podían descomponer y así sucesivamente. Según Phillipe Hamon, esta tendencia descriptiva llevó a tomar una nueva medida por los maestros de retórica, los cuales hacían referencia a que una descripción tan larga causaba distracción. Asimismo, los románticos expresaban estados de ánimo mediante la descripción, refiriéndose a lugares, paisajes entre otras cosas.

Por otro lado, el realismo describe para expresar la realidad y hacer verosímil la historia que se cuenta, es por ello que muchas novelas del siglo pasado se extendían en detalles para darle tiempo al lector de acrecentar su ilusión y conocimiento respecto a la historia.

Hoy en día debido a la gran cantidad de imágenes, videos, fotos que se tienen a disposición, algunos relatos no se percatan tanto en detalles narrativos ya que a diferencia del siglo pasado la representación del mundo provenía de las historias en la mayoría de los casos. Por esta misma situación los lectores en la actualidad se preocupan más por la acción inmediata que por sumergirse en un mundo lleno de adjetivos calificativos.

Clase N° 6

Llegué muy tarde, y ya la clase había comenzado. En ese momento el profe estaba explicando los personajes de un cuento siguiendo con la acción, tiempo de acción y espacio, creo que me perdí un montón. Asimismo, nos mencionó sobre los géneros de cuentos para ver por cuál nos decidíamos para el Tp final ya que debemos escribir un cuento de ficción tomando en cuenta todos estos detalles explicados en la clase y para el cual debemos tener un título pensado pronto (más específicamente para el 11 de este mes). Después realizamos un ejercicio en grupos de dos, yo trabajé con mi compañera Marina, cada una realizó una breve descripción de un personaje y luego debimos escribir el comienzo de un cuento integrando a estos dos personajes, fue muy cómico lo que resultó.
Para finalizar, el profe nos dió las consignas para el Tp3 y también para un informe que debíamos redactar referente a la guía de lectura n° 2. Asi concluyó la clase no sin antes comentar sobre la presentación oral sobre la que trató el post anterior (este momento de la clase no fue al final pero se me había pasado mencionarlo).